Varias versiones transitaban por el pequeño pueblo de Colonia Seca al sur de Corrientes: algún trauma no resuelto a tiempo, uno que otro error genético, entre otros. Ninguno comprobado.
A Simón Juárez la inminente triste celebridad le llego a los trece años, cuando lo encontraron todo raspado y mirando para arriba desde el fondo de un pozo. El único noticiero del pueblo señalo que era mas o menos de cuatro metros profundidad. Aún no habían llegado los bomberos cuando un notero bajo un micrófono hasta donde estaba el accidentado. Luego de que le preguntara las causas de la caída a los gritos, Simón relato lo siguiente:
-estábamos jugando al fútbol allá en la canchita atrás del almacén, apenas cruce la mitad de la cancha el hijo de julia me metió la traba y me caí y era fulazo y alejandrito que no, que no es foul, que yo siempre invento faltas, andá le dije no sabes jugar y me mandó a tirarme a un pozo. Yo sabia que cerca de la canchita no había ninguno, corrí y corrí y bueno encontré uno y me tire.
Simón relataba emocionado y con sonrisitas al azar mientras contaba su aventura.
Ni bien termino de contar lo sucedido, el notero subió suavemente los cuatro metros de cable, luego miró a la cámara algo mareado, con cara de exactamente no entender nada y lo único que dijo antes de cerrar la nota fue: "Señores televidentes, todo este relato puede ser a causa de los golpes".
Pero para el visionario movilero, esto no pasó a ser un hecho aislado e inició una investigación. Recordaba como uno de los sucesos mas relevantes del pueblo, a la anciana que conservo un diente de leche en su lugar por mas de setenta y cuatro años. Si su hipótesis se afirmaba, sacaría a la luz un gran fenómeno.
Simón Juárez vivía con la madre, la abuela y un par de gallinas, eran vacaciones y faltaban pocos meses para que cumpla catorce años, se encontraba en su habitación leyendo unas revistas cuando entra su abuela, se sienta. Se oyen quejidos de la cama o de la anciana.
-¿que lees simoncito?
-la de autos
-nene, como has crecido, oíme bien lo que te voy a decir, hay que aprender todo en la vida, sino te comen los piojos.
El adolescente Juárez abrió los ojos como un portón y sonrío nervioso, agradeciéndole a la abuela por el consejo.
La mañana siguiente, lo encontró a Simón muy temprano saliendo en bicicleta hasta la biblioteca del pueblo. Luego de inscribirse a todo tipo de cursos, seminarios y talleres (incluso a uno de embellecimiento de manos), se quedo leyendo toda la tarde libros de psicología evolutiva, algo sobre huertas orgánicas y se dio cuenta lo importante que es conectarse con un mundo mas abierto según palabras de Krishnamurti en uno de sus libros.
Ya de noche entró a su casa con el cuerpo bastante aturdido y se puso a cocinar un pastel húngaro mientras tarareaba la marsellesa.
La madre, la abuela y el par de gallinas lo miraron sorprendidos, preocupados.
Alertado por el encargado de la biblioteca, el notero fue hasta el lugar y se puso a observar a Simón lo largo del día advirtiendo ciertos balbuceos entre la lectura, entre ellos "tirate a un pozo", "aprender todo en la vida".
Dos meses luego al episodio de la biblioteca, el notero encontró al chico Juárez en un descampado en las afueras del pueblo, sentado sobre una montaña de papas sin pelar y al lado de otra montaña de papas peladas.
Días después de que Simón cumpliera sus catorce años fue visto por el notero a la vuelta de su casa, persiguiendo a un par de perros, el notero se le acerco como si nada y le pregunto:
-¿que haces niño?
-acá, buscando a un perro que tenga dos colas, la puta madre, contestó agitado y enfurecido.
La suma de todos estos hechos impulsaron al notero a contar la historia de Simón, "el chico literal" o el "extraño Simón", a la tarde del día siguiente todo el pueblo estaba enterado de que Simón acataba todo literalmente, la primera plana del diario lo mostró en lo hondo de un pozo, arriba grandes letras que decía "y yo me tiré".
Durante mas de siete años el diario local dedicó un suplemento especial, llamado "Simón al instante" en donde se mostraban sucesos y frases destacadas de la semana dichas por el fenómeno popular.
Todo este tiempo Simón habrá pensado que es mejor dar que recibir, como dice su madre, pero llego a un punto en que no soporto ser la celebriburla pueblerina y salió corriendo con un pájaro en la mano según contó el herrero Carlos.
Por ahí andará Simón Juárez, madrugando porque Dios lo ayuda y con la boca cerrada para que no le entren las moscas.
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